Horacio Biord Castillo:
in Opinión
La Academia de
Historia del Estado Carabobo, consciente de la importancia de la historia
regional, de su sistemático conocimiento y divulgación, se ha trazado la meta
de producir a mediano plazo un manual actualizado de historia estatal. Debemos
recordar como un valioso precedente de tal propósito la Historia del estado Carabobo, escrita por don Torcuato
Manzo Núñez (1914-1988) y publicada en 1981 dentro de la colección de historias
regionales que promovió la presidencia de la República durante el gobierno del
Dr. Luis Herrera Campins.
Esa colección quiso llenar un vacío al
ofrecer, al gran público y especialmente a maestros y estudiantes, manuales de
historia de cada estado para que, entre otras finalidades, sirvieran de
material de consulta para el proyecto de Educación Básica, impulsado por ese
gobierno y que contemplaba la inclusión de contenidos de historia local y
regional en el plan de estudios. Se logró la participación de destacados
historiadores que escribieron la historia de varios de los estados de la
República. Se procuró que los autores fueran historiadores nativos de los
respectivos estados o estrechamente relacionados con ellos, a fin de que
hubiera una vinculación sentimental a la vez que se promovía y valoraba la
descentralización intelectual del país.
Desde entonces han pasado casi cuatro
décadas durante las cuales se han acumulado nuevos conocimientos e
investigaciones, muchas de ellas producto de la labor de entidades regionales
(como las Academias de Historia), las universidades y sus programas de
postgrado, los ateneos y otras instituciones. Bien vale la pena, pues, intentar
una síntesis más comprehensiva y actual que incluya nuevas reflexiones y puntos
de vista. Quizá sea muy difícil, por lo complejo de la tarea, confiarla a un
solo autor, como se hizo en la colección auspiciada por el presidente Herrera
Campins y de allí la relevancia del proyecto de la Academia de Historia del
Estado Carabobo de constituir un grupo de expertos en diferentes materias
históricas. Los autores de las obras pioneras de historia estatal deben
considerarse verdaderos precursores y su esfuerzo un ejemplo a seguir,
independientemente de los aciertos y limitaciones de los resultados (unas
historias más complejas que otras, unas de mayor amplitud y otras en menor
medida). En muchos casos, las fuentes estaban dispersas y había, y lo sigue
habiendo de manera innumerable, lagunas y huecos en el conocimiento bien de una
época, de una región, de un fenómeno o de personajes fundamentales.
El proyecto de la Academia de Historia
del Estado Carabobo refuerza con pasos decididos el estudio de la historia
regional y su más amplia divulgación, incluyendo aspectos no siempre
considerados ni suficientemente valorados como la historia precolombina y la
presencia indígena y sus aportes culturales. Ojalá estimule a corporaciones
similares y a grupos de estudio en otros estados a hacer lo mismo, en especial
en aquellas entidades federales cuya historia no logró concluirse y, por tanto,
llegar a ser publicada finalmente en la colección de las historias estatales.
Historias regionales, estatales y
locales, historia de grupos invisibilizados y subalternos, pequeñas historias
esperan la oportunidad de ser reconstruidas, actualizadas y formar parte de la
memoria colectiva, de las historias oficiales y recordadas y de las identidades
de los pueblos y la gente.
Escritor, investigador del IVIC,
profesor de la UCAB y miembro correspondiente de la Academia de Historia del
Estado Carabobo